El mandil, faldar o delantal, dentro y fuera de la cocina, nos condiciona o predispone para el placer de comer.
No debemos relacionar simplemente al mandil con la utilidad básica para la que ha sido concebido, que es su función higiénica, sino como un símbolo que desde siempre hemos relacionado con una satisfacción de nuestras necesidades y en muchas ocasiones con el gozo de comer, beber, degustar, paladear, compartir una buena conversación, aventurar ante nuevos sabores y experiencias en la mesa.
Teniendo en cuenta que al delantal lo podemos ver como un preliminar para una comida deliciosa, este trozo de tela, nos invita a pensar que la persona que se pone el delantal desea prepararnos un platillo inolvidable. Es hora de que la cocina se convierta en algo divertido... Para eso tenemos que seguir a los profesionales.
Nota: 1 mandil de Chef
Colores: disponibles en cualquiera de los 3 colores de las fotos
Colores: disponibles en cualquiera de los 3 colores de las fotos
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